El cine y las emociones. Una herramienta de carácter educativo para madres, padres, educadores y educadoras.
Esta quinta propuesta que analizaremos en este ciclo denominado “Educación de cine” se enmarca dentro de la cinematografía española. Su creador, José Luis Cuerda, a través de esta película nos presenta una terrible historia. Una historia, basada en una novela de Manuel Rivas, que nos explica cómo se llegó, en un determinado momento, a la brutalidad extrema por parte de unos individuos de asesinar a muchas personas por sus creencias políticas (independientemente de cuáles); y también nos hace recordar, como muchísimas personas tuvieron que renunciar a sus creencias, al menos de forma pública, por el temor y la represión que se instauró en toda España.
“La lengua de las mariposas” es un conmovedor drama que combina esperanza y amargura a la vez y que nos sitúa en los albores de la fratricida Guerra Civil española en un pequeño pueblo gallego. Moncho un niño de 8 años, se incorpora a la escuela tras una larga enfermedad. Desde ese instante, la película nos muestra como ese niño inicia un enriquecedor y particular viaje sobre el conocimiento, sobre el aprendizaje del saber y de todo lo que tiene que ver con la vida de la mano de un viejo maestro con ideas republicanas. Un maestro que le inculca, tanto a él como al resto de alumnos conocimientos tan variados y necesarios como la importancia de los fenómenos que tienen lugar en la Naturaleza, entre ellos, la necesidad de que las lenguas de las mariposas tengan forma de espiral.
Por desgracia, El 18 de Julio estalla en todo el país un conflicto de una brutalidad inimaginable que aboca a toda la comunidad a un desastre sin paliativos. En este nuevo marco de odio y represalias, los valores y principios inculcados serán relegados, y la relación entre aprendiz y maestro se verá irremediablemente truncada.
La película transita sobre temas diversos como la educación, el aprendizaje en la naturaleza, la sinrazón de la guerra y de cómo, por desgracia, el odio y el fanatismo más furibundo se puede apoderar de una comunidad. En este sentido resulta terrible ver cómo, en un determinado momento, la mirada siempre curiosa y ávida de conocimiento por parte del niño se transforma en una mirada llena de odio, salvaje y embrutecida. Todo y así, la película nos acaba transmitiendo un soterrado mensaje de esperanza.
La película está plagada de frases inspiradoras, entre ellas, vale la pena destacar la secuencia donde Don Gregorio pronuncia unas estimulantes palabras en presencia del niño: "Los libros son como un hogar. En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío".
¿Qué valores nos aporta su protagonista, Don Gregorio?
Si tuviésemos que destacar un valor de Don Gregorio que sobresale especialmente tendríamos que hacer referencia a su grado de generosidad. Nos encontramos frente a un viejo maestro de ideas republicanas que rebosa amor por el conocimiento, por la naturaleza y por educar a sus alumnos.
Quiero destacar la gran interpretación de Fernando Fernán Gómez. Resulta curioso contemplar a este gran actor en un papel tan lleno de matices y tan tierno. Sobre todo, si tenemos presente, recordando determinadas imágenes que hemos visto sobre su vida personal, que no tenía el mejor carácter. Se lo consideró toda su vida un cascarrabias. Pero quizás por eso podemos decir sin temor a equivocarnos que Fernando Fernán Gómez era un gran actor. En este papel de viejo profesor su actuación solo merece un calificativo: magnífica.
Don Gregorio aporta en su intervención educativa grandes dosis de sabiduría y humanidad. En su quehacer diario se entrega por completo a ofrecer a sus alumnos los conocimientos y la educación a través de unos estandartes que siempre hay que mantener en alto: respeto, curiosidad y observación.
El viejo maestro, ayuda a todos sus alumnos, especialmente a Moncho, a emprender ese viaje inolvidable que constituye el despertar a la vida. Viendo las imágenes podemos deleitarnos y ser conscientes de que estamos ante algo único, lleno de magia y de humanidad…Unos fotogramas que desbordan sensibilidad, que no sensiblería.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que nos encontramos ante una película sobresaliente que viene a dignificar y a honrar a todos esos maestros y maestras que de una forma sincera, honrada y desinteresada, a principios del siglo XX, entregaron su tiempo y dedicación para que las nuevas generaciones tuviesen acceso a la educación y a la cultura. Don Gregorio es consciente que sin una educación cargada de humanidad no hay posibilidades de convivencia en una sociedad que quiera ser democrática.
En definitiva, una película, que nos escupe la vida, que nos habla de forma constante sobre el aprendizaje y sobre las ilusiones no cumplidas, sobre la realidad de la crueldad humana y sobre sus debilidades.
Particularmente no recuerdo un final tan aterrador como el de esta película. Un final que nos muestra de forma descarnada dos constantes de la Humanidad: dónde pueden llegar los seres humanos manipulados y condicionados por el fanatismo y el odio; y la firmeza de la persona que es simplemente eso, una persona digna y humana.
La próxima semana analizaremos los valores que nos transmite otra gran película sobre el mundo de la educación cuyo título es “El club de los poetas muertos”. Una propuesta cinematográfica firmada por el director de origen australiano Peter Weir en el año 1989. La acción se enmarca en un elitista y estricto colegio privado de Nueva Inglaterra al que llega un profesor con nuevas ideas y una pedagogía nada convencional. Mediante sus enseñanzas un grupo de alumnos descubrirá la poesía, el significado de "carpe diem" -aprovechar el momento- y la importancia vital de luchar por alcanzar los sueños.
Artículo de Daniel Fernández
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